domingo, 21 de octubre de 2012

Histórico Discurso de Iván Márquez en Oslo


Señoras y señores
Amigas y amigos de la paz de Colombia
Compatriotas
Hemos venido hasta este paralelo 60, hasta esta ciudad de Oslo desde el trópico remoto, desde el Macondo de la injusticia, el tercer país más desigual del mundo, con un sueño colectivo de paz, con un ramo de olivo en nuestras manos.
Venimos a esta Noruega septentrional a buscar la paz con justicia social para Colombia por medio del diálogo, donde el soberano, que es el pueblo, tendrá que ser el protagonista principal. En él reposa la fuerza irresistible de la paz. Ésta no depende de un acuerdo entre voceros de las partes contendientes. Quien debe trazar la ruta de la solución política es el pueblo y a él mismo le corresponderá establecer los mecanismos que han de refrendar sus aspiraciones.
Tal emprendimiento estratégico no puede concebirse como un proceso contra reloj. La pretendida paz exprés que algunos promocionan, por su volátil subjetividad y por sus afanes, sólo conduciría a los precipicios de la frustración. Una paz que no aborde la solución de los problemas económicos, políticos y sociales generadores del conflicto, es una veleidad y equivaldría a sembrar de quimeras el suelo de Colombia. Necesitamos edificar la convivencia sobre bases pétreas, como los inamovibles fiordos rocosos de estas tierras, para que la paz sea estable y duradera.
No somos los guerreristas que han querido pintar algunos medios de comunicación, venimos a la mesa con propuestas y proyectos para alcanzar la paz definitiva, una paz que implique una profunda desmilitarización del Estado y reformas socioeconómicas radicales que funden la democracia, la justicia y la libertad verdaderas. Venimos aquí con el acumulado de una lucha histórica por la paz, a buscar, codo a codo con nuestro pueblo, la victoria de la solución política sobre la guerra civil que destroza a Colombia. No obstante, nuestra determinación tiene la fortaleza para enfrentar a los guerreristas que creen que con el estruendo de las bombas y de los cañones pueden doblegar la voluntad de quienes mantenemos en alto las banderas del cambio y la justicia social.
No se puede encadenar este proceso a una política enfocada exclusivamente en la obtención desaforada de ganancias para unos pocos capitalistas a los que no les importa para nada la pobreza que abate al 70% de la población. Ellos sólo piensan en el incremento de su botín, no en la reducción de la miseria. Más de 30 millones de colombianos viven en la pobreza, 12 millones en la indigencia, el 50% de la población económicamente activa, agoniza entre el desempleo y el subempleo, casi 6 millones de campesinos deambulan por las calles víctimas del desplazamiento forzoso. De 114 millones de hectáreas que tiene el país, 38 están asignadas a la exploración petrolera, 11 millones a la minería, de las 750 mil hectáreas en explotación forestal se proyecta pasar a 12 millones. La ganadería extensiva ocupa 39.2 millones. El área cultivable es de 21.5 millones de hectáreas, pero solamente 4.7 millones de ellas están dedicadas a la agricultura, guarismo en decadencia porque ya el país importa 10 millones de toneladas de alimentos al año. Más de la mitad del territorio colombiano está en función de los intereses de una economía de enclave.
En nuestra visión, colocar sobre la mesa el asunto del desarrollo agrario integral como primer punto del acuerdo general remite a asumir el análisis de uno de los aspectos centrales del conflicto. El problema de la tierra es causa histórica de la confrontación de clases en Colombia. En palabras del comandante Alfonso Cano “las FARC nacimos resistiendo a la violencia oligárquica que utiliza sistemáticamente el crimen político para liquidar a la oposición democrática y revolucionaria; también como respuesta campesina y popular a la agresión latifundista y terrateniente que inundó de sangre los campos colombianos usurpando tierras de campesinos y colonos…”
Aquello que fue causa esencial del alzamiento armado y de una heroica resistencia campesina, a lo largo del tiempo se ha agudizado. La geofagia de los latifundistas acentuó la desequilibrada e injusta estructura de la tenencia de la tierra. El coeficiente GINI en el campo alcanza el 0,89. ¡Espantosa desigualdad! Los mismos datos oficiales dan cuenta de que las fincas de más de 500 hectáreas corresponden al 0.4% de los propietarios que controlan el 61.2% de la superficie agrícola. Se trata de una acumulación por desposesión, cuya más reciente referencia habla de 8 millones de hectáreas arrebatadas a sangre y fuego a través de masacres paramilitares, fosas comunes, desapariciones y desplazamiento forzoso, crímenes de lesa humanidad, acentuados durante los 8 años de gobierno de Uribe, todos ellos componentes del terrorismo de Estado en Colombia.
Para las FARC, Ejército del Pueblo, el concepto TIERRA está indisolublemente ligado al territorio; son un todo indivisible que va más allá del aspecto meramente agrario y que toca intereses estratégicos, vitales, de toda la nación. Por eso la lucha por el territorio está en el centro de las luchas que se libran hoy en Colombia. Hablar de tierra significa para nosotros hablar del territorio como una categoría que además del subsuelo y el sobresuelo entraña relaciones socio- históricas de nuestras comunidades que llevan inmerso el sentimiento de patria, que concibe la tierra como abrigo, y el sentido del buen vivir. Al respecto debiéramos interiorizar la profunda definición del Libertador Simón Bolívar sobre qué es la patria, nuestro suelo, nuestro territorio: “Primero el suelo nativo que nada -nos dice-, él ha formado con sus elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro propio país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un deber, todo nos excita sentimientos tiernos y memorias deliciosas; allí fue el teatro de nuestra inocencia, de nuestros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y de cuanto nos ha formado. ¿Qué títulos más sagrados al amor y a la consagración”?
Partimos de esta visión para alertar a Colombia toda: la titulación de tierras, tal como la ha diseñado el actual gobierno, es una trampa; encarna una suerte de despojo legal a través del cual se busca que el campesino, una vez con el título de propiedad en sus manos, no tenga otra salida que la de vender o arrendar a las trasnacionales y conglomerados financieros, a los que sólo les interesa el saqueo exacerbado de los recursos minero-energéticos que están debajo del suelo. Dentro de su estrategia está la utilización del suelo para extender las explotaciones forestales y las inmensas plantaciones, no para resolver el grave problema alimentario que padece nuestro pueblo, sino para producir agro-combustibles que alimentarán automóviles. En el mejor de los casos, la gente del campo quedará con una renta miserable, pero alejada del terruño y confinada en los cinturones de miseria de las grandes ciudades. Al cabo de 20 o 30 años de contrato nadie se acordará del verdadero dueño de la tierra. Lo aseguramos sin vacilación: la bancarización de la tierra derivada de la titulación, acabará “tumbándole” la tierra al campesino. Nos están empujando a la extranjerización de la tierra y al desastre ambiental dinamizado brutalmente por la explotación minero-energética y forestal.La naturaleza como fuente de información genética no puede ser convertida en botín de las trasnacionales. Nos oponemos a la invasión de las semillas transgénicas y a la privatización y destrucción de nuestra biodiversidad y a la pretensión de hacer de nuestros campesinos pieza del engranaje de los agro-negocios y sus cadenas agroindustriales. Están en juego la soberanía y la vida misma.
En estos términos, la titulación no es más que la legalidad que pretende lavar el rostro ensangrentado del despojo que durante décadas ha venido ejecutando el terrorismo de Estado. Para una trasnacional es más presentable decir “tengo un título minero” a que se le sindique de haber financiado grupos paramilitares y desterrado a una población para hacer viable su proyecto extractivo. Dentro de esta dinámica en Colombia el régimen asesina no sólo con sus planes de guerra, con sus paramilitares y sicarios, sino también con sus políticas económicas que matan de hambre. Hoy hemos venido a desenmascarar a ese asesino metafísico que es el mercado, a denunciar la criminalidad del capital financiero, a sentar al neoliberalismo en el banquillo de los acusados, como verdugo de pueblos y fabricante de muerte.
No nos engañemos: la política agraria del régimen es retardataria y engañosa. La verdad pura y limpia, como dice el Libertador Simón Bolívar, es el mejor modo de persuadir. La mentira sólo conduce a la agudización del conflicto. El fin último de tales políticas, en detrimento de la soberanía y del bienestar común, es dar seguridad jurídica a los inversionistas, liberalizar el mercado de tierras y lanzar el territorio al campo de la especulación financiera y mercados de futuro. Independientemente de que exista o no la insurgencia armada, ésta política multiplicará los conflictos y la violencia.
Acumulación por desposesión y nueva espacialidad capitalista, eh ahí la fórmula del proyecto político-económico de las élites neoliberales haciendo chorrear sangre a la patria de la cabeza a los pies.
Es a esto a lo que nos resistimos. Las FARC no se oponen a una verdadera restitución y titulación de tierras. Por años hemos luchado, como pueblo en armas, por una reforma agraria eficaz y transparente, y es precisamente por ello que no se puede permitir que se implemente el despojo legal que el gobierno proyecta con su ley de tierras. Por medio de la violencia del Plan Colombia y el proyecto paramilitar, se preparó el territorio para el asalto de las trasnacionales. La ley general agraria y de desarrollo rural, es esencialmente un proyecto de reordenamiento territorial concebido para abrirle campo a la economía extractiva en contra de la economía campesina, en desmedro de la soberanía alimentaria y del mercado interno, al superponer el mapa minero-energético sobre el espacio agrícola. Ni siquiera se tiene en cuenta la promoción de una agroecología que permita una interacción amigable con la naturaleza.
Por otro lado, la restitución de tierras tiene que aludir a las tierras que les arrebataron violentamente a los campesinos, indígenas y afro descendientes, y no a baldíos distantes de sus sitios raizales de existencia, también codiciados hoy por las multinacionales. Pero resulta que este es un problema que tiene que ver con todo el pueblo colombiano y que de hecho está salpicando de conflictos todo el territorio. Hay una profunda inconformidad del país nacional con el hampa financiera que se está apropiando de la Orinoquía. Ahora han aparecido unos tales “nuevos llaneros” que de llaneros no tienen nada, como los magnates Sarmiento Angulo y Julio Mario Santodomingo (hijo), los terratenientes Eder del Valle del Cauca, el señor Efromovich, el ex vicepresidente Francisco Santos (gestor del paramilitar Bloque Capital), los hijos de Uribe Vélez, entre otros filibusteros, que ningún derecho tienen sobre esas tierras y que sólo quieren clavar sus garras en el petróleo, el oro, el coltán, el litio, explotar grandes proyectos agroindustriales y la biodiversidad de la altillanura. Abordar el asunto agrario es discutir con el país sobre estos problemas. Que hablen los verdaderos llaneros, esos de piel tostada por el sol de los bancos de sabana; esos que por siglos han convivido en armonía con los morichales y el vuelo de las garzas y de los alcaravanes; esos de pies descalzos que con su histórica bravura empuñaron las lanzas para darnos la libertad.
El pueblo tiene la palabra: Ahí está la patriótica resistencia de los trabajadores petroleros contra la canadiense Pacific-Rubiales en Puerto Gaitán, cuyo escenario de saqueo fue preparado con sangre por los paramilitares de Víctor Carranza. Diariamente el vampiro trasnacional se lleva más de 250 mil barriles de petróleo, mientras le succiona la sangre a más de 12 mil 500 trabajadores tercerizados que como esclavos tienen que trabajar 16 horas diarias por 21 días continuos por una semana de descanso. Su situación laboral es más atroz que la impuesta por los enclaves bananeros de los años 20.
Ahí está la resistencia de los pobladores del Quimbo, donde el gobierno pretende sacar a patadas a la gente que ha vivido allá más de un siglo, destruyendo así sus trayectorias culturales, de vida, y su entorno ambiental. ¿Vamos a dejar acaso que se hiera de muerte al río de la patria que es el Río Grande de la Magdalena, sólo para construir una represa que generará energía para la exportación y no para resolver la demanda interna de millones de colombianos que no tienen acceso a la energía eléctrica? Para el gobierno están primero las ganancias de la trasnacional EMGESA que la suerte de las familias que quedarán desarraigadas.
Ahí está la resistencia de los pobladores de Marmato (Caldas), gente humilde que siempre ha vivido de la explotación artesanal aurífera y que ahora la trasnacional MEDORO RESOURCES quiere borrar del mapa para convertir esa aldea en la mina de oro a cielo abierto más grande del continente. Recordemos aquí, que hasta la iglesia colombiana ha acompañado esa justa lucha en la que el " target="_blank">sacerdote José Idárraga, líder del Comité Cívico Pro defensa de Marmato, fue acribillado por los esbirros de las trasnacionales.
Ahí está la formidable resistencia indígena y campesina en el Cauca en defensa de su territorio y de sus culturas ancestrales, y la de sus hermanos afrocolombianos, guardianes patrióticos de la soberanía del pueblo sobre el Pacífico y nuestras selvas.
Insisten las castas dominantes en destrozar el páramo de Santurbán, riqueza de biodiversidad y de aguas que sacian la sed de ciudades importantes como Bucaramanga y Cúcuta. Por la codicia del oro pretenden destruir la alta montaña y la pureza de las aguas del río Suratá. La dignidad de los hijos de José Antonio Galán, el comunero, ha movilizado la resistencia, unificando incluso al pueblo llano con el empresariado local, que ha comenzado a entender, que esta es una lucha de toda Colombia.
¿Cómo vamos a permitir que por complacer la voracidad por el oro de la ANGLO GOLD ASHANTI se le entregue a esta multinacional el 5% de nuestro territorio? El proyecto extractivo de esa empresa en La Colosa (Cajamarca) dejará una gran devastación ecológica y privará de agua a 4 millones de colombianos que dependen de sus fuentes hídricas.
La locomotora minera es como un demonio de destrucción socio-ambiental que si el pueblo no la detiene, en menos de una década convertirá a Colombia en un país inviable. Frenemos ya las locomotoras físicas del Cerrejón y de la Drummond que durante las 24 horas del día saquean nuestro carbón, asperjan polución al paso de sus interminables vagones, dejándonos, como dice el cantautor vallenato, Hernando Marín, sólo socavón y miseria. Frenemos a la BHP BILLITON, a XSTRATA y la ANGLO AMERICAN, que para extraer 600 millones de toneladas de carbón que yacen bajo el lecho del río Ranchería, pretenden desviar su curso, lo que disminuirá el caudal de sus aguas en un 40% generando devastación ambiental y destrucción irreparable al tejido social de los pueblos Wayúu.
Qué asustadizo se ve al gobierno para defender la soberanía frente a la trasnacional BHP BILLITON que saquea en descarada actitud de lesa patria el ferroníquel de Cerro Matoso (Córdoba), y a la que sigue colmando de gabelas en detrimento de la soberanía, el bienestar social y el medio ambiente.
Hay que poner fin a esa monstruosidad que son los contratos a 20 y 30 años que privilegian los derechos del capital en menoscabo del interés común.
Y claro, se escuchan a los portavoces del gobierno y la oligarquía proclamando el crecimiento de la economía nacional y sus exportaciones. Pero no, en Colombia no hay economía nacional. Quienes exportan el petróleo, el carbón, el ferroníquel, el oro y se benefician con ello, son las multinacionales. La prosperidad, entonces es de éstas y de los gobernantes vendidos, no del país.
Este no es un espacio para resolver los problemas particulares de los guerrilleros, sino los problemas del conjunto de la sociedad; y dado que uno de los factores que más impacta negativamente a la población es la subscripción de los Tratados de Libre Comercio, éste es un tema que tendrá que abordarse indefectiblemente. Pobre Colombia obligada a competir con las trasnacionales con una infraestructura arruinada por la corrupción y la desidia.
Entonces la paz… sí. Sinceramente queremos la paz y nos identificamos con el clamor mayoritario de la nación por encontrarle una salida dialogada al conflicto abriendo espacios para la plena participación ciudadana en los debates y decisiones.
Pero la paz no significa el silencio de los fusiles, sino que abarca la transformación de la estructura del Estado y el cambio de las formas políticas, económicas y militares. Sí, la paz no es la simple desmovilización. Decía el comandante Alfonso Cano: “Desmovilizarse es sinónimo de inercia, es entrega cobarde, es rendición y traición a la causa popular y al ideario revolucionario que cultivamos y luchamos por las transformaciones sociales, es una indignidad que lleva implícito un mensaje de desesperanza al pueblo que confía en nuestro compromiso y propuesta bolivariana”. Necesariamente tendremos que abocar las causas generadoras del conflicto y sanear primero el cangro de la institucionalidad. Claro, desde el punto de vista estrictamente económico, para una trasnacional es más fácil saquear los recursos naturales del país sin la resistencia popular y guerrillera. Apoyados en ejercicios sencillos de matemática, podemos afirmar que la guerra es insostenible para el Estado, por las siguientes consideraciones:
El gasto militar en Colombia es de los más altos del mundo en proporción a su Producto Interno Bruto. Este alcanza el 6.4% cuando hace 20 años estaba por el orden del 2.4%; es decir, se ha triplicado, y eso es relevante. El gasto militar actualmente oscila entre 23 y 27 billones de pesos al año, descontando que Colombia es el tercer receptor de “ayuda” militar estadounidense en el mundo y que por cuenta del Plan Colombia recibe una financiación equivalente a 700 millones de dólares al año.
En Colombia hay un régimen jurídico que se acompaña con la protección militar de las inversiones. De unos 330.000 efectivos de las Fuerzas Militares, 90 mil soldados son utilizados para cuidar la infraestructura y las ganancias de las multinacionales. El enorme gasto que esto representa, aunado al costo de la tecnología empleada, pone en evidencia los límites de la sostenibilidad de la guerra. Nosotros hacemos un llamado sincero a los soldados de Colombia, a los oficiales y sub oficiales, a los altos mandos que aun sientan en su pecho el latir de la patria, a recobrar el decoro y la herencia del ideario bolivariano, que reclama a los militares emplear su espada en defensa de la soberanía y las garantías sociales. Qué bueno sería protagonizar el surgimiento de unas nuevas Fuerzas Armadas. No más sumisión a Washington, no más subordinación al Comando Sur y no más complacencia con la expansión de bases militares extranjeras en nuestro territorio.
Esa es la hoguera que arde en nuestro corazón; por eso no pueden ser más que un agravio los llamados instrumentos jurídicos de justicia transicional que apuntan a convertir a las víctimas en victimarios. Que se tenga presente, que el alzamiento armado contra la opresión es un derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo, que ha sido consagrado en el preámbulo de la declaración de los derechos humanos aprobada por la ONU en 1948, y que además es un derecho consignado en muchas constituciones de las naciones del mundo. No somos causa sino respuesta a la violencia del Estado, que es quien debe someterse a un marco jurídico para que responda por sus atrocidades y crímenes de lesa humanidad como los 300 mil muertos de la denominada época de la violencia en los años 50, que responda por los 5 mil militantes y dirigentes de la Unión Patriótica asesinados, por el paramilitarismo como estrategia contrainsurgente del Estado, por el desplazamiento de cerca de 6 millones de campesinos, por los más de 50 mil casos de desaparición forzada, por las masacres y los falsos positivos, por las torturas, por los abusos de poder que significan las detenciones masivas, por la dramática crisis social y humanitaria; en síntesis que responda por el terrorismo de Estado. Quien debe confesar la verdad y reparar a las víctimas son sus victimarios atrincherados en la espuria institucionalidad.
Somos una fuerza beligerante, una organización política revolucionaria con un proyecto de país esbozado en la Plataforma Bolivariana por la Nueva Colombia, y nos anima la convicción de que nuestro puerto es la paz, pero no la paz de los vencidos, sino la paz con justicia social.
La insurgencia armada motivada en una lucha justa no podrá ser derrotada con bombarderos ni tecnologías, ni planes por muy sonoros y variados que sean sus denominaciones. La guerra de guerrillas móviles es una táctica invencible. Se equivocan aquellos que embriagados de triunfalismo hablan del fin del fin de la guerrilla, de puntos de inflexión y de derrotas estratégicas, y confunden nuestra disposición al diálogo por la paz con una inexistente manifestación de debilidad. Nos han golpeado y hemos golpeado, sí. Pero con el romancero español podemos decir: “por fortuna os vanagloriáis porque vuestras armas están bruñidas; en cambio mirad las mías, qué amelladas están, porque hieren y han sido heridas”. Así son los avatares de la guerra. El Plan Patriota del Comando Sur de los Estados Unidos ha sido derrotado y la confrontación bélica se extiende hoy con intensidad por todo el territorio nacional. No obstante en nosotros palpita un sentimiento de paz fundado en el convencimiento de que la victoria siempre estará en manos de la voluntad y la movilización de nuestro pueblo. “Este es un mensaje de decisión, decía hace poco Alfonso Cano: aquí en las FARC nadie está amilanado, ¡estamos absolutamente llenos de moral, de moral de combate!”.
Presidente Santos, fundemos la paz tomando como base los anhelos de la nación.
Convocamos a todos los sectores sociales del país, al Ejército de Liberación Nacional, ELN, a los Directorios de los partidos políticos, a Colombianas y Colombianos por la Paz, organización que liderada por Piedad Córdoba trabajó denodadamente por abrir esta senda, a la Conferencia Episcopal y a las iglesias, a la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE), a la Coordinadora de Movimientos Sociales de Colombia (COMOSOCOL), a los promotores del Encuentro por la Paz de Barranca, a los indígenas, a los afro-descendientes, a los campesinos, a las organizaciones de desplazados, a la ACVC, a la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina (ANZORC), a las centrales obreras, a las mujeres, al movimiento juvenil colombiano, a la población LGTBI, a los académicos, a los artistas y cultores, a los comunicadores alternativos, al pueblo en general, a los migrados y exiliados, a la Marcha Patriótica, al Polo Democrático, al Congreso de los Pueblos, al Partido Comunista, al MOIR, a la Minga Indígena, a los amantes de la paz en el mundo, para que llenen de esperanza este intento de solución diplomática del conflicto.
Simón Trinidad ya manifestó desde la cárcel imperial de Florence (Colorado), donde está condenado injustamente a 60 años de presidio, su total disposición para participar en los diálogos por la paz de Colombia. En un acto de sensatez la Fiscalía colombiana ha dicho que él tiene todo el derecho a hacer parte de la delegación de las FARC en la mesa de conversaciones y el Consejo Superior de la Judicatura ofreció la tecnología y la logística para que eso sea posible. El gobierno de los Estados Unidos haría un gran aporte a la reconciliación de la familia colombiana, facilitando la participación de Simón, de cuerpo presente en esta mesa.
Finalmente queremos expresar nuestra eterna gratitud a los gobiernos y pueblos de Noruega, Cuba, Venezuela y Chile, que desplegaron sus esfuerzos mancomunados desde Escandinavia, desde el Caribe, desde la cuna de Simón Bolívar y desde el indómito Arauco de Neruda y Allende, para que el mundo pueda contemplar el prodigio de la nueva aurora boreal de la paz. También resaltamos la contribución del CICR como garante del traslado de voceros de las FARC desde agrestes regiones colombianas bajo el fuego.
Rendimos homenaje a nuestros caídos, a nuestros prisioneros de guerra, a nuestros lisiados, a la abnegación de las Milicias Bolivarianas, al Partido Comunista Clandestino y al Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, y junto a ellos al pueblo fiel que nutre y acompaña nuestra lucha.
Sin aún comenzar la discusión, no coloquemos como espada de Damocles, a pender amenazas sobre la existencia de esta mesa. Sometamos las razones de cada una de las partes contendientes al veredicto de la nación, a la veeduría ciudadana. No permitamos que los manipuladores de opinión, desvíen el rumbo de esta causa necesaria que es la reconciliación y la paz de los colombianos en condiciones de justicia y dignidad. La gran prensa no puede seguir actuando como juez inicuo frente al conflicto, porque como decía Cicerón, “un juez inicuo es peor que un verdugo”. De los esfuerzos de todos y de la solidaridad del mundo, depende el destino de Colombia. Que la oración por la paz de Jorge Eliécer Gaitán ilumine nuestro camino:“Bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio. ¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres del pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!”.
Damos la bienvenida a este nuevo emprendimiento por la paz con justicia social. Todos, por la solución incruenta del conflicto colombiano.
¡Viva Colombia/ Viva Manuel Marulanda Vélez/ Viva la paz!
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP

El beso de Gericault

Podría verte esta noche, y sin decir nada, como de costumbre cuando el absurdo mundo mira, infiltrarme a propósito en la negrura de tus pupilas.
Iniciaría esta noche la exploración de todas tus esquinas, de todos tus rincones y sitios desconocidos. Querría iniciar la humedad del alma, la libido del ser.
Quiero reestrenar tu alma, y sentir como un pulso débil, apenas audible, se acompasa incomprensible al mío. Sin aviso previo y recuperando su libre albedrío.
Quiero notar tu piel a mi piel desnuda, como si no existiera el tiempo, como si nunca fuera a dejar de llover por ahí afuera. Tus pesares a mis andamios, tus ruidos a los míos.
Esta noche prometería sobrellevar mis derrotas y procurar nuestras victorias, por nuestras penumbras de noches en vela, de persianas bajadas y cortinas echadas.
Quiero colonizar tu espalda. Explorar las plumas de tus edredones y anidar allí, tu suavidad con mi boca, tu cintura con mis manos, con mi saliva la tuya.
Déjame enredarme entre tus piernas, y albergar una mínima esperanza entre tus labios.

//Me quiero atrincherar/ entre tus pechos mágicos
/son tan sublimes y tan poco diplomáticos/
/soy un lunático, un payaso/
/antifascista como el Gernika de Picasso//

jueves, 15 de marzo de 2012

Hombre preso que mira a su hijo




Cuando era como vos me enseñaron los viejos

y también las maestras bondadosas y miopes

que libertad o muerte era una redundancia,

a quién se le ocurría en un país

donde los presidentes andaban sin capanga.

Que la Patria o la tumba era otro pleonasmo

ya que la Patria funcionaba bien;

en las canchas y en los pastoreos.



Realmente, Botija, no sabían un corno,

pobrecitos creían que "libertad"

era tan sólo una palabra aguda

que muerte, era tan sólo grave o llana,

que cárceles, por suerte una palabra esdrújula

olvidaban poner el acento en el hombre.




La culpa no era exactamente de ellos,

sino de otros más duros y siniestros

y estos sí, como nos ensartaron

en la limpia república verbal y cómo idealizaron

la vidurria de vaca y estancieros

y cómo nos vendieron un ejército

que tomaba su mate en los cuarteles.




Uno no siempre hace lo que quiere

uno no siempre puede, por eso estoy aquí,

mirándote y echándote de menos.

Por eso es que no puedo despeinarte el coco,

ni ayudarte con la tabla del nueve

y acribillarte a pelotazos.




Vos sabes bien que tuve que elegir

otros juegos y que los jugué en serio.

Y jugué, por ejemplo, a los ladrones

y los ladrones eran policías

y jugué, por ejemplo, a la escondida

si te descubrían te mataban

y jugué a la mancha y era de sangre.




Botija, aunque tengas pocos años,

creo que hay que decirte la verdad

para que no la olvides, por eso

no te oculto que me dieron picana

que casi me revientan los riñones.

Todas estas llagas, hinchazones y heridas

que tus ojos redondos miran hipnotizados

son durísimos golpes, son botas en la cara

demasiado dolor para que te lo oculte,

demasiado suplicio para que se me borre.




Pero también es bueno que conozcas

que tu viejo calló o puteó como un loco

que es una linda forma de callar

que tu viejo olvidó todos los números,

por eso no podría ayudarte en las tablas

y por lo tanto olvidé todos los teléfonos

y las calles y el color de los ojos,

y los cabellos y las cicatrices

y en qué esquina y en qué bar,

qué parada, qué casa.




Y acordarme de ti,

de tu carita me ayudaba a callar,

una cosa es morirse de dolor

y otra cosa morirse de vergüenza.



Por eso ahora, me podés preguntar

y sobre todo puedo yo responder.

Uno no siempre hace lo que quiere

pero tiene el derecho

de no hacer lo que no quiere.

Llora no más, Botija,

son macanas que los hombres no lloran,

aquí lloramos todos,

gritamos, chillamos, moqueamos, berreamos,

maldecimos, porque es mejor llorar que traicionar,

porque es mejor llorar que traicionarse,

llorar, pero no olvidés.

                                                                                                                

                                                                                             Mario Benedetti

sábado, 10 de marzo de 2012

Los límites son propios del proyecto estratégico neodesarrollista que el kirchnerismo impulsa, ahora en un marco internacional menos favorable


x Mariano Féliz  

En la apertura número 130 de las sesiones del Congreso Nacional, la presidenta Cristina Fernández pretendió hacer una balance objetivo sin “… soberbia” presentando “simplemente los números y los datos de la realidad”. A través de una catarata de “datos duros” pretendió mostrar cómo todo es mejor, todo es más, todo es superior. Los problemas irresueltos son, claro está, producto de la pesada herencia de los gobiernos anteriores; no ya del suyo propio o el de Néstor Kirchner (quienes gobernaron los últimos 8 años) sino del gobierno de la Alianza o anteriores. En el caso de los ferrocarriles, se atrevió a señalar que la responsabilidad por la actual situación proviene del Plan Larkin… de los años 60 ! Luego de más de 3 horas de un discurso plagado de imprecisiones conceptuales, simplificaciones, chicanas y golpes bajos, si algo quedó en claro es que lo que sigue para los próximos años será más de lo mismo con sintonía fina.
BODEN 2012. Unos de los puntos señalados en más oportunidades fue que este año se pagará la última cuota del BODEN 2012. Estos son los bonos emitidos por el Estado en 2002 para que toda la población absorbiera el costo de la salida de la Convertibilidad. La presidenta remarcó varias veces todas las cosas que le hubiera gustado hacer con esos recursos. Sin embargo, decir que en los últimos 8 años se pagaron más de 19641 millones de dólares, no exime del hecho concreto de que el kirchnerismo forzó al conjunto del pueblo trabajador a pagar aquello que los bancos (privados y estatales) deberían haber devuelto. Esos bancos que desde 2003 han ganado miles de millones de dólares y siguen teniendo elevadas exenciones impositivas en sus ganancias financieras. ¿No es tiempo de gravar adecuadamente las ganancias financieras que provienen fundamentalmente de la especulación y el poder de mercado? La reforma de fondo a la legislación financiera (que en la actualidad combina resabios de la dictadura y del menemismo) para quitarle poder a los bancos, terminar con la concentración y condiciones usurarias para acceder al crédito, son acciones arto postergadas que -a juzgar por los dichos de la presidenta- seguirán esperando el sueño de los justos. La propuesta de reforma a la Carta Orgánica del Banco Central -con todos sus puntos positivos- es una medida totalmente insuficiente.
PETROLEO. La presidenta señaló que en la última década la producción de hidrocarburos se ha reducido sistemáticamente, llevando a un déficit multimillonario en el comercio de combustibles. Lo que no dijo, tal vez por obvio, es que fue durante su presidencia y la de Néstor Kirchner que esto sucedió. Nuevamente remitir a los noventa, a la privatización/desnacionalización de YPF (que -aunque la presidenta no lo recordó- los Kirchner apoyaron) y la provincialización de los recursos del subsuelo, no exime de responsabilidades a la fuerza política en el gobierno nacional durante casi una década. El kirchnerismo se convierte cada vez más en su propia pesada herencia. Ni que decir del pobre papel que ENARSA ha tenido en ese proceso. ¿Será hora de revisar el marco constitucional que descentralizó el control sobre los recursos del subsuelo, en el marco del proceso neoliberal de destrucción del Estado? ¿Será hora de pensar una estrategia energética integral que tome en cuenta tanto la producción de energía, en sus diferentes modalidades, como el uso racional de la misma? ¿Será hora de revisar todo el proceso de privatizaciones en el sistema de producción, transporte y distribución de energía?
FERROCARRILES. El discurso de Cristina Fernández remarcó el volumen de inversiones en el sistema ferroviario realizado durante la última década y señaló que en “2003 se estableció como política de Estado la reconstrucción del sistema ferroviario nacional”. La paradoja que surge es que en su discurso de pocos días antes proponía como una novedad “tenemos que volver a tener un sistema de ferrocarriles en la República Argentina”. La pregunta obligada es: ¿qué han estado haciendo desde 2003? ¿Qué pasó con la reconstrucción del sistema? ¿El SUBE es el punto más alto del “nuevo sistema de transporte ferroviario”? La respuesta es casi obvia a la luz de lo ocurrido en los últimos días: subsidiando a través de inversiones y recursos directos un modelo ferroviario -en el marco de un sistema de transporte de pasajeros y cargas- completamente inadecuado para las necesidades del pueblo. En sintonía con la línea argumentativa de la presidenta, ¿cuánto podría haberse hecho con los miles de millones de dólares en subsidios e inversiones dilapidados en 8 años en sostener ese sistema? El problema no era simplemente invertir más (en su discurso la presidenta vuelve a cargar las tintas sobre los BODEN 2012) sino invertir mejor, en el marco de un programa estratégico de cambio estructural, hoy totalmente ausente.
DOCENTES. La sintonía fina fue uno de los ejes del discurso. En lo que hace a los trabajadores y trabajadoras ello se expresó en la frase “creo que sinceramente de corazón han quedado atrapados en una lógica que era la lógica de otro país”, dirigida a los/as docentes pero extensible al conjunto del pueblo trabajador. En un cinismo absoluto, refirió a la Carpa Blanca como si la lucha docente por la educación pública se condensara en ese sólo momento: los trabajadores/as docentes han históricamente dado una lucha sin pausa por la educación de nuestros pibes. La presidenta señaló -en un vano intento de deslegitimar las demandas docentes- que el pedido de salarios iniciales por encima de los 3000 mil pesos es un reclamo excesivo. Se nota que “no sabe” que la canasta familiar supera hoy los 6000 pesos. Se nota que no sabe que los legisladores de su fuerza política duplicaron sus salarios, cobrando hoy en día más de 30 mil pesos por mes y que sus funcionarios cobran sueldos aún mayores. Por otra parte, las afirmaciones respecto a la tarea docente da cuenta de una ignorancia supina sobre la realidad del esfuerzo que estos/as hacen día a día para sacar la escuela pública adelante. Además, decir que el problema salarial docente es de las provincias simplemente significa reconocer que su gobierno no ha hecho nada en 8 años para desmontar el proyecto neoliberal en la educación, que tuvo como uno de sus puntos básicos la descentralización educativa y que se expresa en el creciente avance de las escuelas privadas sobre las públicas (proceso que se ha profundizado durante el kirchnerismo).
JUBILADOS/AS. Al hablar de los/as jubilados/as, la presidenta tomó como un punto fuerte el que 80% de los/as mismos/as estén cobrando la jubilación o pensión mínima. ¿Le parece digno de celebrar? A pesar de los aumentos de los últimos años, las pensiones y jubilaciones mínimas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza (media según la verdadera inflación). Por otra parte, si bien hoy 95% de las personas en edad de jubilarse tienen alguna prestación (un gran logro, sin dudas) qué pasará en los próximos años con tasas de informalidad laboral que rondan el 50% en el conjunto de los/as asalariados del sector privado, y niveles mayores entre quienes son cuentapropistas. Las bondades de la re-estatización del sistema de seguridad social son limitadas si se mantienen sus restricciones estructurales: la rebaja de aportes patronales de los años noventa y la precarización sistémica de las relaciones laborales. Precarización a la cual el propio Estado aporta en su rol de empleador: como muestra se puede mencionar que en el propio Ministerio de Trabajo de la Nación existen un 70% de trabajadoras y trabajadores que no están en planta permanente.
El discurso fue extenso y mucho más puede decirse y analizarse. Podría uno preguntarse por qué no se pretende avanzar en una reforma integral del sistema financiero y aparentemente se mantendrá la “autonomía” del Banco Central. Podríamos profundizar sobre las afirmaciones respecto a las características del modelo de desarrollo, de la señalada re-industrialización y la estrategia minera. Podríamos pensar porque ya no se habla más del fifty-fiftypero sí del coeficiente de Gini para medir la desigualdad. Eso quedará para otra vez. Por ahora, cerramos esta nota señalando que no siempre más es mejor, ni mucho es bueno. Que una catarata de números o frases altisonantes no hacen una estadista, ni algunas anécdotas (pautadas en el discurso) dan cuenta de un interés real en los problemas concretos del pueblo. Hoy más que nunca queda claro que los límites del gobierno kirchnerista no provienen de la falta de apoyo electoral, ni vendrán del Congreso o los gobernadores (mayoritariamente alineados con el gobierno nacional). Los límites son propios del proyecto estratégico neodesarrollista que el kirchnerismo impulsa, ahora en un marco internacional menos favorable.
* Economista, miembro del Centro de Estudios para el Cambio Social
www.marcha.org.ar / La Haine

miércoles, 7 de marzo de 2012

El aborto en el túnel del tiempo


José Ángel Lozoya Gómez
Miembro del Foro  y de la Red de Hombres por la Igualdad
A finales de 1978, en Valencia, una amiga me contó que pertenecía a un grupo que hacia abortos clandestinos para luchar por su legalización y me pidió prestado el piso para hacer los que tenían concertados para esa tarde. Accedí porque no encontré ningún motivo para negarme, sin imaginar que ese acto de solidaridad me iba a cambiar la vida.
Esa tarde conocí a un grupo de mujeres valencianas, andaluzas y gallegas, asustadas y dispuestas a enfrentarse a lo desconocido con tal de interrumpir un embarazo no deseado para retomar una vida que se había visto absolutamente alterada por la noticia de su gestación.
 Las chicas que practicaban los abortos, sorprendidas por mi habilidad para ayudar a estar relajadas a las mujeres que esperaban turno para ser intervenidas, me ofrecieron ver un aborto y me propusieron integrarme en su grupo, a lo que accedí porque planteaban una batalla para ampliar las libertades en la que valía la pena participar.
En el largo año que duró mi experiencia, interrumpida en Sevilla por la policía, que acabo en juicio, condena e indulto, conocí a más de mil mujeres de todas las edades, ideologías, nivel económico o cultural, y provincias españolas.
La mayoría confesaba estar en contra del aborto hasta que su embarazo venciera sus resistencias, cada mujer tenía unos motivos para abortar, pero siempre eran lo bastante poderosos como para que cada una de ellas estuviera dispuesta a arriesgar su libertad y su vida. Podían ser condenadas con seis años de cárcel y la imagen que tenían del aborto clandestino era realmente truculenta.
Unas abortaban porque no querían ser madres en ese momento y otras porque no “podían” serlo. Estas últimas hubieran llevado a término sus embarazos de contar con el respaldo necesario. Social o de sus parejas.
Recién legalizada la anticoncepción su uso era aún minoritario, en casi todas las familias había algún hijo del doctor Ogino  y la manida promesa masculina del “confía en mí cariño que yo controlo” demostraba ser de una fiabilidad muy limitada.
La práctica totalidad de los embarazos eran el resultado de eyaculaciones irresponsables en relaciones sexuales físicamente satisfactorias para los hombres y solo ocasionalmente para las mujeres, que no obstante siempre cargaban con las consecuencias. Esta constatación nos llevo a defender la difusión y uso de la anticoncepción y promover una educación sexual igualitaria que cuestionase el modelo sexual dominante.
Una educación sexual que me llevo a cuestionar la pobreza de la sexualidad masculina, que oscila entre el placer y el dar la talla, y esta a cuestionar los modelos masculinos tradicionales, es decir el machismo y sus manifestaciones.
A principios de los años 80, en una reunión de clínicas de abortos estimábamos en unos cien mil el número de los que se practicaban en España (la Fiscalía hablaba de 300.000) una cantidad que ha ido saliendo a la luz con la legalidad y creciendo al ritmo de la población. La legalización disipó las tinieblas de la clandestinidad, el riesgo para la salud de las mujeres y la indefensión de quienes los practican, pero no ha logrado un descenso significativo de los mismos porque no se ha avanzado nada en la educación sexual.
Hoy, cuando parecía que las mujeres habían consolidado su derecho al voto, el acceso a la educación, al mercado de trabajo y al control de la natalidad, la victoria del PP nos recuerda que todas las conquistas son reversibles, y en el caso del aborto nos obliga a desempolvar viejos argumentos: que la legalización no recomienda ni obliga, que el derecho de los fecundadores a opinar no puede prevalecer sobre el de las embarazadas, que si los hombres parieran el aborto sería legal, que se cuestiona la capacidad de decisión de las mujeres porque se las quiere mantener a ellas y a sus cuerpos bajo control, que si ellas son las que pueden parir ellas suyo es el derecho a decidir.
Indigna que se opongan al aborto las mismas personas que se oponen a la educación sexual, al control de la natalidad, a los servicios sociales y las que exigen a las mujeres anteponer el cuidado de sus hijos o familiares dependientes a su desarrollo personal en lugar de exigir a sus parejas corresponsabilidad en lo Doméstico.
Gallardón promete que ninguna mujer ira a la cárcel por abortar, lo mismo que decía el PSOE de principios de los 80, pero entonces eso significaba un avance y hoy es un serio retroceso.

martes, 21 de febrero de 2012

Carta de una niña en respuesta a las agresiones policiales en Valencia


- Señores policías,
Ahora la historia les observa. El mundo les mira.
Sus futuras acciones les juzgarán… -
Así comienza la carta de una niña de 13 años dirigida a la policía, hija de un colaborador del Proyecto Goliath en Valencia. La carta la pueden leer al final de este artículo.
Después de ver a su padre con varios hematomas, tras la durísima carga policial en esta ciudad, decidió enviar al Proyecto estas letras redactadas junto a su familia, para poder difundirlas y que le llegasen a los policías de todas partes.
En el e-mail privado que contenía la carta, esta niña reconoce que en su barrio viven varios agentes de las fuerzas de seguridad, y que desde que sucedieron los hechos, estas personas han dejado de saludar a su familia. Dice que “los hijos de los policías están aislados del resto de amigos”. También cuenta que está preocupada porque esto puede significar que se rompan algunas relaciones y amistades entre personas que viven juntas, y que eso sólo puede fomentar la violencia y el resentimiento.
Con resignación admite estar abrumada y muy decepcionada con el mensaje que la policía manda a los jóvenes, “La violencia y la imposición son dos mensajes que dicen [la Policía] tenemos que erradicar, pero ellos pueden saltarse todas las leyes e incluso agredir muy violentamente a un menor con un libro en la mano, o reventar a palos a mi padre”.
Y sin embargo la historia tiene una nota final brillante. Esta experiencia, traumática para cualquiera, ha servido para que esta joven despierte precozmente, y haya comenzado a plantearse algunas cuestiones de admirable proporción. Su meta ahora, comenzar a despertar a otros jóvenes de su misma edad, porque según comenta, “antes no me planteaba la importancia de mis derechos, pasaba de todo, pero ahora entiendo que tengo una responsabilidad grande en construir mi futuro, me parece divertido pasar a la acción y colaborar en que la gente no esté atontada”.
Esperanzadoras palabras de quien roza todavía la infancia. Ojala descubramos muchas niñas iguales en el futuro.
Carta
.20 Febrero de 2012
Señores policías,
Ahora la historia les observa. El mundo les mira.
Sus futuras acciones les juzgarán.
El destino les ha puesto delante un gran reto, una hazaña épica, pues en estos momentos de grandes desacuerdos sociales a nivel global, son ustedes los actores principales.
Ustedes son padres, madres, hermanos y hermanas, hijos e hijas, y al igual que el resto de ciudadanos son también pacientes, alumnos y ex-alumnos, usuarios y clientes, son vecinos y amigos. Son pues, lo mismo que nosotros, personas.
Habitualmente hemos estudiado lo mismo y en los mismos lugares, visto lo mismo, y leído lo mismo a lo largo de nuestra vida.
Vivimos juntos y nos cruzamos todos los días, compartimos muchos momentos como ciudadanos anónimos, y cuando es necesario nos ayudamos entre nosotros sin saber, ni importar, quiénes somos.
Las personas les necesitan ahora por la gran responsabilidad que conlleva el poder y autoridad de los que disponen desde el día en que fueron elegidos custodios de sus conciudadanos y compatriotas, que como todos sabemos fue posible gracias a la cohesión social en la que todos participamos.
Las reglas sobre el derecho a poder manifestarse o no, han sido manipuladas en los últimos tiempos, precisamente para impedir y/o imposibilitar un derecho que, con honesta interpretación, no puede ser restringido.
Ustedes lo saben, y sin embargo participan de este atentado traidor contra las personas.
Cualquier ciudadano sabe lo frustrante de vuestra profesión en lo que se refiere a justicia, pues lamentablemente todos conocemos las habituales prácticas político-corruptas que orquestan el panorama judicial.
También sabemos de sus decepciones y preocupaciones, la ciudadanía no protesta contra su policía, sino contra los instrumentalizadores de todos ustedes. Contra los intereses de esos personajes nada democráticos, tal y como la Policía sabe mejor que nadie.
Los ciudadanos les quieren de su parte, no por su profesión, sino porque son parte del mismo pueblo.
Todos, ustedes y el resto, sabemos de lo bien preparados que están técnicamente, inmovilizaciones, tácticas, asalto…, quizá el destino les tenía deparado aprender estas habilidades para abordar valientemente este gran reto, para vencer en esta gran hazaña, como es estar al lado de sus vecinos, amigos, compatriotas, y defenderlos de los peligros que a todos nos acechan desde las altas esferas corruptas.
Seguramente esta carta no sirva de nada, pero seguimos teniendo la esperanza de que en este país, que ha sido primero en tantas cosas que han unido a sus ciudadanos, se pueden conseguir aún cosas inimaginables.
Señores policías, los ciudadanos están demostrando haber superado condicionantes absurdos como la edad, tendencia política, profesión u otras, y están construyendo una esperanzadora unión social que pretende fortalecer aún más el tejido social.
Hemos tratado de invitarles a participar en las inquietudes ciudadanas de las que inherentemente ustedes son miembros, pero desde sus uniformadas filas solo recibimos desprecio, están ustedes aislándose a sí mismos.
¿Por qué pretenden ustedes des-estructurar el tejido social? ¿Por qué no se sienten integrados en el entramado social con todos nosotros? ¿Cómo pretenden evitar el odio hacia ustedes si agreden injustamente y de forma sectaria a sus vecinos?
La historia, como el mejor biógrafo, estampará su irresoluble sentencia y les abrirá el camino al recuerdo por aquello que ustedes hayan tenido el honor de hacer.
En fin, señores policías, solo ustedes están armados, solo ustedes están entrenados, solo ustedes cumplen órdenes; el resto, los ciudadanos, cumplimos con nuestra obligación.
PD: Si conseguimos un mundo mejor, también lo compartiremos con ustedes.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Luis Alberto Spinetta

Así te llamabas, esta noche nos dejaste físicamente, pero con tu música y poesía siempre estarás con nosotros.
Aquí dejo unas palabras escritas por otro grande: Pedro Aznar, pero que son un bonito homenaje a tu existencia.


La mía, que tendría que haberse puesto a repasar zambas
sólo puede pensar en la tuya,
tal vez porque el barro
tal vez porque este balcón donde te vi
casi por última vez
mira una nube de la forma y el color
de esas eléctricas con las que soñábamos de chicos
Este balcón que se quedó esperando una charla
unas palabras o un abrazo
más
que yá no llegará
Luto también en las palabras
habituadas como estaban a que les pusieras
cascabeles
guirnaldas asonantes
o ruedas de tren apocalíptico
caleidoscópicos ojos de fertil papel
de tu prolífica pluma
que suma y resta sílabas
del metro patrón de las esferas
apenas solas
a solas penas
Adiós
que sea A-Dios
a sus brazos
a ese rincón de magia
que seguramente Él guardará
para los que se animan a jugar
con los bloques con los que ha construido el mundo
haciendo pequeños nuevos mundos de cuatro minutos
donde el corazón se muestra
y baila desafiando al vacio
Adiós
Mientras me duele el pecho
te imagino en viaje
por inmensidades más vastas que las del Capitán
pero a diferencia de él
sé que tendrás todos los tangos silbados al oído
y nunca faltará un mate
ni perfume a malvones
En todos nosotros se queda un pedacito tuyo
serás inspiración multiplicada por millares
a lo largo de los años
y lo ancho de las geografías
Cambiaste nuestras vidas
abriendole camino a la imaginación
cantándole salvaje o dulcemente
a los misterios que nos habitan
al misterio que somos
Adiós
No me resigno a tener que decirlo
Adiós
mensajero del infinito

Pedro Aznar